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domingo, 9 de junio de 2013

MOZART... ¿ELLA?

Leía ayer un artículo sobre Mozart, de Manuel Rivas, que me dejó completamente desorientada.
El autor alababa a lo largo de todo su escrito las geniales composiciones de Mozart, su espectacular don y su brillantez para finalizar alegando la grandeza de la pianista.
Esperen... ¿la pianista? Si, yo también creí que el autor no tenía ni idea del tema tratado, pues Mozart fue un hombre, como todos sabemos. Sin embargo, tras mi trabajo monográfico de investigación, he descubierto para mi sorpresa, admiración e incredulidad que Mozart fue una impresionante compositora, autora de geniales melodías.
Se trata de Maria Anna Mozart, hermana del genio Wolfgang Amadeus Mozart, que aprendió desde niña a tocar el piano y enseño a su prodigioso hermano el lenguaje de las teclas cayendo ella en el olvido por su condición de mujer, pues esto le imposibilitó crearse buena fama en los circulos sociales.
Lo que Manuel Rivas pretendía criticar con su artículo y que, sin lugar a dudas, consiguió, es la mentalidad misógina que caracterizó etapas anteriores de nuestra historia, reduciendo la importancia de la mujer en todos los ámbitos.
Este tema ha afectado decisivamente al sexo femenino, que durante siglos se ha visto menospreciado, reducido y anulado hasta el punto de ser considerado inferior.

Dicha situación no se dio tan solo en el ámbito musical. El papel de la mujer se redujo por completo a tal punto que el sexo femenino, dependiente en un principio del padre, pasaba a estar sometido al marido tras las nupcias, limitando el potencial de la mujer a cocinar y cuidar de los niños (su único cometido) y arruinando por completo su creatividad.
La infinidad de juicios, estereotipos y descalificaciones a los que ha debido hacer frente la mujer, por el mero hecho de serlo, a lo largo de la historia, han ensombrecido la vida de muchas mujeres y han desmerecido su persona.

Todavía viven hoy, y muy cerca de nosotros, mujeres que no tuvieron, en su día, acceso alguno a la educación más elemental y fueron privadas de tal derecho. Por ejemplo, en el siglo XIX no solo estaba pésimamente visto que la mujer tuviese aficiones literarias, sino que aquellas que mostraban un cierto ápice de inteligencia, energía y discernimiento eran tachadas poco menos que de monstruos.

Por ello mismo, aquellas cuyo espíritu no se dejaba dominar por la voluntad del hombre, que eran bien pocas, han pasado a la historia por su constante lucha en defensa de sus derechos y de la reafirmación de la condición de la mujer. Algunas de ellas son conocidas en el ámbito literario.

¿Quién sino se escondía tras el seudónimo de George Sand?
Se trataba, ni más ni menos, que de Aurore Dupin, escritora novelista del siglo XIX destacada por su infinidad de obras firmadas como George Sand, pues quién sinó hubiese leido o publicado la obra de una mujer. Dupin, amante de Chopin, se veía obligada a vestirse con ropa de hombre para poder acceder a círculos vetados a las mujeres.
Caso similar es el de Cecilia Bol, que firmaba sus obras con el seudónimo de Ferrán Caballero tan solo para que fuesen publicadas.

Si. El desprecio e incomprensión hacia el talento de la mujer ha sido una constante desde tiempos inmemoriales. Tan cierto es esto como la imposibilidad de las mujeres de acceder al mundo del teatro en la época isabelina. ¿A quién creen que Romeo recitaba tan bellos poemas? Aquella Capuleto cuya muerte sorbió la miel de sus labios pero no tuvo poder sobre su belleza no era representada mas que por un varón en los teatros británicos.
Y si. Ha sido una lucha constante por nuestros derechos la que se ha sucedido a lo largo de los siglos, pero aquí estamos las mujeres hoy, casi al mismo nivel que los hombres, y digo "casi" porque todavía hay quien piensa que las mujeres son diferentes a los hombres (lo cual es verdad) pero es utilizado en nuestra contra.
Queda todavía mucho trecho por recorrer y el camino es arduo, pero como hemos demostrado ya, no hay nada que no podamos lograr con nuestra inteligencia, ganas, coraje, valor y energía.



   Por: Cristina dlc.   ¡SEGUIMOS!





















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